domingo, 20 de diciembre de 2009

Just because it's Christmas and at Christmas you tell the truth...


Quiero hablar de un sueño, el sueño que tuve hace un año y es importante porque no me había sentido tan inspirada como en ese momento. Se trata de conocer el amor, no con un nombre o una persona en específico, sólo amor. Se trata de reconocer el sentimiento porque la vida cambia en sí misma de sólo pensar y creer en él.
Es tan simple como caminar separados y reconocer en el otro la verdad por un instante, saber pese a todas las mentiras y las máscaras usadas cotidianamente que ese alguien a quien ves (sin mirarlo a veces) se desnuda ante tí hasta convertirse no sólo en tu reflejo sino en tu motor y la base de cada pensamiento.
A veces decimos "te amo" convencionalmente o decimos "te quiero" a destiempo y sin correspondencia para llenar formularios, cubrir falsas expectativas o por miedo a romper con lo ya logrado y comenzar de nuevo. Sin embargo descubres que nunca las palabras son tan fuertes como la voz que escuchas, las letras que se convierten en pequeñas señales lejanas o la imagen convertida en diferentes seres pero que sabes es a quien amas ¿suena contradictorio? Tal vez pero es la más lógica y mejor forma de explicarlo, de la misma forma que se explica el que me niegue una y otra vez a escribir tu nombre.
Y como todo sueño a veces toca despertar.
Las imágenes se disparan frente a nuestros ojos, claves de lo que el otro deja adentro...
Ya no te busco en la letra de las canciones porque he descubierto que sabes a la melodía que llega sin avisar un 18 de diciembre como la magia que se quedó dentro de mi hace justo un año. Por un momento quise cuestionar eventos pero ¿cómo puede un simple ser humano cuestionar tanto a la vida si a lo único que debiera dedicarse es a sentir?
Entonces cierro los ojos y escucho...
El amor es mi mirada a los seis años plena y llena de ilusiones.
El amor es un par de calcetas en el aire mientras se comparte la culpa de ser un par de niños.
El amor es no haberle dicho que le amaba y huir.
El amor es haber dibujado un paisaje chiapaneco en mis sueños y congelarlo ahi con el azul de sus ojos.
El amor es una taza de café.
El amor son unos ojos tristes que insisten en querer ser libres.
El amor son un par de hoyuelos que se delatan al compás de su risa.
El amor es una simple melodía que describe perfectamente la historia que te quiero contar.
El amor es tu nombre, tu forma, tu nacionalidad, tu ir y venir, tu ausencia, tu vino, tus manos, tus noches de insomnio y jornada de trabajo.
El amor soy yo pensándote de la misma manera en un momento inoportuno. Sólo por que sí.




(just push it is for you)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Paz

Escribo.
"Se solicita la presencia de Médico Interno en el consultorio de Angiología a las ocho en punto,¿qué dice doctora?"
¿Qué podía decir? Nunca me había hablado tan dulcemente y su sonrisa entre pícara e inocente era esa noche particularmente especial.
Sí, - finalmente respondía- a las ocho en punto.
Tocó con un roce suave, casi perverso y descuidado mi mano, tomó su expediente y se fue. Así era ella. Su andar lento, entre desgarbado y tímido, sus movimientos firmes... ¡la textura de su voz!
Cierro los ojos.
Habría caminado toda la noche por esos pasillos: muestras sanguíneas, curación de heridas, llevar pacientes a Radiografía. Ciertamente una noche lenta pero así es y punto, nadie se preocupa por un Médico Interno de Pregrado, además es parte de una formación ruda para una vida difícil. Pero las lágrimas corrían con la misma velocidad a la que el pizarrón de pendientes se saturaba. ¡No dormiré! Salgo de un cuarto a otro aún queda el ala derecha del piso de Medicina Interna por visitar, pero ¡es suficiente! La jefa de enfermeras me obsequia una manzana mientras insiste:
"El suelo no es un lugar muy adecuado para una doctora, ¿lo sabe?".
06:30a.m. Guadalupe es la paciente del cuarto 512, también hace poco solía ser enfermera. Hasta que un día comenzó a quejarse de cefaleas intensas, ahora sabemos que es víctima de cáncer por lo que permanece sedada y con una sonda nasogástrica instalada lo que le permite nutrirse lo cual es excelente pero le impide comunicarse. Tomo una muestra de orina... ¡Demonios! ¡Olvidé su quimioterapia!
"¡Oye Noemí no seas mala, háblale a la jefa de enfermeras y pídele que prepare a Guadalupe mientras sube el camillero anda por favor! Mientras yo voy rápido a bañarme, ¡corre, corre por favor" suplicaba.
"Está bien, pero sabes que el Dr. López me regañará si se entera" fue su respuesta.
Era obvio que se enteraría porque Noemí le contaría cómo una vez más salvaba mi pellejo.
¡Lista! Expediente en mano salgo del elevador y entro a la sala de espera del área de ambulancias. Dos asientos vacíos al lado del pequeño altar, coloco la camilla de Guadalupe frente a mí al tiempo que me dejo caer en uno de los asientos. Ese baño apenas engañó los sentidos, favoreció la relajación por tanto los músculos se destensan, la silla es ahora tan cómoda. Observo a Guadalupe con sus ojos cerrados plácidamente, ¿por qué no hacer lo mismo?
La neblina cubre perfectamente el campanario de la iglesia por las mañanas, el tañir de las campanas sirve de guía para los rebozos multicolores que como cada domingo parecen volar juguetonamente en busca de la salvación eterna, su ritmo también armoniza con el sonido de las botas y el trotar de los caballos. Recorrer los empedrados a prisa es imposible, la lluvia de la noche anterior dejó el riesgo de resbalar, mejor caminar lento de tal suerte que te invade el aroma a café recién tostado o en su defecto, ese olorcito tierno de carbón presto para cocer unas tortillas hechas a mano.
Abro los ojos.
No sabía que la neblina era azul.
"Doctora, ¿usted también va a el Hospital 20 de noviembre?"
"Si claro" -respuesta improvisada.
"Entonces compartiremos ambulancia"- con sonrisa franca.
Mirada nerviosa que se desvía hacia el otro paciente, un señor de la tercera edad al que digo, en el afán de disimular mi sorpresa, un rápido buenos días.
Sonrío.
Veo el reflejo de tu bata alejarse.
El pequeño de la cama diez está llorando - bueno ya casi es hora de la cena- observo de reojo el reloj, el laboratorio me debe algunos resultados.
20:00 pm Siento vergüenza de mi propia persona, nunca me creí capaz de lastimar a alguien de la forma en que hoy lo hice. Nunca me creí capaz de tener tus labios tan cercanos y no besarlos.


Eladio me confesó anoche: "Todo había desaparecido desde los primeros versos y yo estaba en el mundo perfecto donde el pescadito rojo disparaba en rápidas curvas por el agua verdosa del estanque..." Es claro que al igual que ese pescadito te alejas turbiamente para no dejar rastro, para sustraerme de este mundo donde nada ya es igual, ni siquiera mi grado. Muerdo esperanzas, horas exhaustas por una búsqueda que me escupe tanto dolor al cuerpo. Repito tu nombre mil veces: Paz. ¡Imposible! No puedes ser Paz porque esta angustia dentro me grita lo alejada de mi realidad a esa palabra. ¡Pero es tu nombre! No tengo otra forma de buscarte así que dejo que sean mis palabras quienes te encuentren.
No tardes.

viernes, 30 de octubre de 2009

Cerezas.

Acercó suavemente los dedos hacia sus labios, era una cereza, la colocó en su boca y dijo: si hoy no tienes tiempo podemos jugar mañana. Apenas si podía sentir esos labios susurrando en su oído, apenas si sentía el rubor en las mejillas y el almíbar bañando su lengua...No se movió tan sólo cerró los ojos mientras el calor de esos labios tocaban la comisura de su boca, aliento tibio para su rubor interno.
Desde ese momento, no puedo dejar de pensar en las cerezas...

domingo, 18 de octubre de 2009

De nuevo Nelson Simón y yo...

No puedo describir qué llamó fuertemente mi atención de él. Su forma erótica de hacer poesía, su forma de hablar del amor. Quisiera sentarme a tomar un café con él y discutir sobre su idea del amor. Que me llene de las palabras que ahora me faltan. Sin embargo ese concepto tan mío de amor que nunca pude describir, que tantas personas buscan clasificar porque así debe ser, Nelson Simón lo limita a una palabra: "Ragazzo".
Leo su poema y digo: ¡Es verdad! El amor es un ragazzo. Y no hablo de un italiano o de un portugués. Ni siquiera hablo de un hombre o de una mujer. De un ser joven o de un adulto. De un ser hermoso o de un ser exótico. Hablo de un RAGAZZO. Ese ser que toma sin vacilaciones tu mano, abarca lo indisoluble y etéreo. Cambia de cara, de aficiones y de gestos, pero es único: es amor. Es un sentido sinsentido, contradictorio y amado, fiel pero inestable.
El amor es un día de suerte a plena luz del día. Pero puede suceder trágicamente de noche o viceversa.
Si tan sólo pudiera dialogar con Nelson Simón como lo hice hace unos minutos con su poema. Decirle que quiero leerlo y necesito sus libros, que me cuente cosas porque necesito su experiencia, que me lea "Ragazzo" con su propio sentir porque debo comprender el mio.
Quiero hablar con él como un amigo, como el que no tengo, o como el que siempre hace falta.
Pero mientras eso no suceda. Leo "Ragazzo" de nuevo.

RAGAZZO

La palabra ragazzo, no tiene traducción:
lo aprendí bajo la luz intensa del verano de Roma,
aún fascinado por el mármol piadoso
de la fuente de Trevi; mientras recorría,
-invisible y absorto- Piazza Venezia.

Perdido en la conversación sin sentido
que sostienen los turistas; cansado
de admirar los estragos del tiempo
que hace polvo la carne y silencio la piedra,
me senté en un banco
a ver cómo la tarde descendía hacia el Trastevere.
Con ella, envuelta en sus pañales, iba mi alma,
y alguna ilusión vana como el país del que había llegado.
(Por entonces había comprendido que la isla
siempre habrá de dolernos como un cardo, que, pobre,
se enquista en nuestro pecho).

La palabra ragazzo, no tiene traducción:
no la busquéis en vano en los diccionarios,
no preguntéis por su significado ni en las plazas más nobles,
ni en las sórdidas tabernas donde el humo del tabaco
y el olor de la cerveza, se entrecruzan como un cisne invisible
que te empuja hacia la tentación.
Los sensuales muchachos de La Habana,
abiertamente tristes como sus playas,
nunca podrán ser nombrados con la palabra ragazzi.
Los alegres chicos de Andalucía, con labios
que se ofrecen cual carnosas olivas,
nunca van a reír con la dulce perversidad
de un ragazzo. Los modernos jóvenes de Nueva York,
con sus músculos perfectos como el acero que sostiene a su ciudad,
no pueden abrazar con esa pasión antigua,
mezcla de sangre
y lirio tostado por el sol mediterráneo,
que arrastran los ragazzi.

El ragazzo se sentó a mi lado en el sencillo banco de Piazza Venezia,
y la ciudad de Roma, hasta entonces sólo esplendor de ruinas y de sueños,
fue otra de repente. Tuvo el misterio y el glamour
que yo había imaginado para ella.
Habló y apenas pude comprender,
al extender su mano, firme como los puentes que atravesamos,
que me invitaba a andar,
cuando junto a la tarde descendimos hasta el Trastevere.
Vimos pasar los botes y algún pájaro gris, cual fantasmas románticos.
Sentimos en nosotros el aroma culpable de los hombres
que antes se habían amado junto a las calmas aguas.
Nunca dejé su mano. Nunca dijo su nombre ni quise preguntarle.
Pudo llamarse Adriano, Fabrizzio, Giuseppe, o Giuliano:
nombres que siempre dejarían su música en el esmalte de mis dientes.
Su perfil me acompaña aún como las imágenes de esos jarrones
que he visto en los museos. Su boca me sigue recordando
la luna atada sobre el Trastévere. Su pelo descuidado,
su cuerpo perfecto y dispuesto
solo pueden caber en esa palabra intraducible: ragazzo.
Yo aprendí aquella tarde lo que ya Pasolini
había visto en los pepillos romanos,
lo que le hacía vivir, cada noche, al borde del abismo,
siempre dentro del puño pálido y seductor de la muerte.

Nelson Simón.


El lenguaje.

Admirar a los grandes es inevitable claro cada quien acude a la selección personal dadas sus aficiones, eso es más que sabido pero, también después de cierto tiempo, la incapacidad de los modelos gramaticales y narrativos para traducir al autor en un medio escrito es inevitable. Constantemente vemos a escritores hurgando en el lenguaje. Buscando nuevas formas, jugando con ellas como si fueran plastilina.
Descubro a Juan Carlos Becerra, a Jaime Sabines exclamando que el lenguaje no les basta, no les es suficiente para acercarse a ella... a su musa. Pero hay personajes como Julio Cortázar, como María Luisa Puga que juegan y buscan opciones, recrean una novela y la convierten en antítesis de lo ya escrito sin dejar de lado el amor. El amor puede ser sensual o espiritual. Cuestión de recuerdos o matices de algo que se vive al azar. La Maga siempre me ha tenido impresionada y siempre que viajo en metro pienso en Julio. ¿Por qué nos conocimos?
Sin embargo hay un gigante a quien me acerco de puntillas por temor a despertarlo. Casi nadie ha hablado con él, quizá por esa forma voraz de escribir o por la inmensidad de temas que confluyen en su novela: La nueva novela latinoamericana. ¡Ah ese afán tan humano de clasificar!
Fernando del Paso recorre con sus novelas, lo mismo la historia de México que la Medicina. Habla del erotismo femenino con un toque fino de locura y critica a una sociedad con valores ambiguos. La música, la literatura... muchas veces he intentado explicar cómo escribe del Paso sus novelas (sólo tres) pero es la misma conclusión: es una charla. Conversas, cambias los temas o uno te lleva al otro... y a otro.
Pero me fascina su forma de hablar del amor, su idea del lenguaje y el amor. Esa capacidad lúdica de amar. He aquí un fragmento de la novela Palinuro de México. Sólo porque te quiero en esperanto XD

Tuvimos que hacer el amor en silencio, y nos limitamos a comunicarnos tan sólo con el lenguaje de nuestras lágrimas, nuestros besos y caricias, nuestros eructos y nuestros gestos, sin decirnos una sola cosa ni en español ni en ningún otro idioma. Pero a cambio de esto, y para que mi prima viera que en efecto yo hablaba más de un idioma vivo y más de una lengua muerta, un día la besé en francés. Ella se limitó a bostezar en sueco. Yo la odié un poco en inglés y le hice un ademán obsceno en italiano. Ella fue al baño y dio un portazo en ruso. Cuando salió, yo le guiñé un ojo en chino y ella me sacó la lengua en sánscrito. Acabamos haciendo el amor en esperanto.

El otro día escuché a alguien decir que no escribe en español por respeto a la lengua. Hay quien no escribe lírica por respeto a la retórica. Hay quien no quiere por respeto.
La cuestión es: mientras seas honesto, congruente, fiel a tus sentimientos y a tu arte, el lenguaje fluye y las ideas se transmiten así simple como la energía y el calor. No hay algo en este mundo que no pueda expresarse y no hay algo que no pueda conquistarse.

sábado, 17 de octubre de 2009

French Navy

Desde la infancia descubrí que puedo narrar mi vida con sonidos. La idea no es del todo original lo sé, todo ser en este mundo tiene el soundtrack de su vida armado y claro yo no sería la excepción. Sin embargo hay algo en lo que particularmente presto demasiada atención: la letra de las canciones siempre ha sido muy importante, el cómo se cuenta y bajo qué ritmo, ésto hace de mi soundtrack especial.
Las letras, la música, los recuerdos se quedan para construir el ser humano al que poco a poco vas armando. Conocí a Camera Obscura por mi hermano, sus sonidos suaves y festivos, el ritmo que te invita a correr o a bailar, a desplazarte a lo largo del mundo recorriendo sueños wow me encantó! Así me descubrí en sus letras como siempre me pasa y me quedé con ésta: French Navy.
La Marina Francesa describe mi forma de recorrer el mundo. Lo que me mueve y cautiva. Hasta hace ocho meses también describía a otro ser je! Digo sólo hacía falta ver el video! Pero justo hoy descubrí que son valores agregados pues puedo decir que la canción soy yo incluso antes de ser escrita, antes de encontrarnos, antes de ser.
Ahora llevo varios días en silencio. Soy el único sonido en casa. La única sombra de los días. La única voz. Pareciera que todo lo tengo resuelto pero es increíble cuando cierras los ojos y te planteas a ti mismo las posibilidades a recorrer. Una amiga me dijo ayer: nunca olvides quién eres mientras se reía de todo lo que le contaba. Tenemos historias tan distintas, ella siempre formal, de caminos lineales; yo una completa flaneur, corriendo de arriba a abajo, haciendo cambios, tomando decisiones. No tengo opción así soy yo.
Recorrí la lista de sonidos pasando por historias polvorientas hasta que la escuché de nuevo. Llevo medio día clavada en la canción. Tengo tantas ganas de salir... de ver... de aprender... de descubrir... de reír tanto.


sábado, 10 de octubre de 2009

"Journeys end in lovers meeting." Shakespeare

Quiero quedarme así, observándote a ratos, descifrando motivos y enumerando detalles.
No es fácil, ¡Qué ganas de saber quererte!
Ganas de estar para ti, detenido el tiempo, contemplando mundos que se abren en tus manos.
Unas cuantas palabras y la noche es día. Pero no trasgredo ese momento. Me quedo con la imagen de tu sonrisa en pleno y te escucho así lento, largo, apenas del tamaño de tus dedos.
Lo ilógico del despertar. Un día tomé una maleta y te descubrí paseando con tus libros frente a mis pasos...
¡Qué ganas de tener siempre tiempo para encontrarte!

viernes, 9 de octubre de 2009

Soy

Todo puede inspirar: el suave vaivén de la música, el fuego ardiente en los colores de una pintura, el misticismo capturado en una imagen, la voz guardada en el eterno baúl de lo escrito. Y cada pulso inspirado en un estímulo cotidiano creará cada día una vida diferente: una luna nueva. Porque cada noche, cada instante, el alma muta irremediablemente para encontrarse consigo mismo y nada detiene el sendero de la luz creada desde el interior. Somos el reflejo de lo vivido, de lo amado y también sin lugar a dudas de eso que odiamos y pretendemos evitar. Somos esclavos y libertos en lucha constante con la vida por un lugar propio donde comulgar con el Universo. Soy la búsqueda constante de mi verdad, la reconciliación con la vida, la prórroga de la muerte, la fusión de sensaciones, soy la reinvención diaria.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cuando unas cuantas letras lo pueden todo...

La tradición epistolar pareciera quedar en el olvido, por muchas razones: el avance tecnológico sugiere nuevas formas de comunicación, la falta de tiempo por una dinámica social y laboral extremadamente ajetreada, y finalmente la necesidad de respuesta "casi" inmediata. Pero al igual del paso del soneto al haikú, ahora de una hermosa epístola pasamos a un email cuando tenemos tiempo. De una nota de cuaderno rápida a un msm, o un mensaje offline del messenger, y qué decir del rápido mensajito en el celular.
Acomodamos palabras, las partimos, construimos un lenguaje que aun siendo veloz logre ser comprensible y al fin así nos comunicamos.
O al menos lo intentamos. Hoy por ejemplo me descubro escribiendo una carta estilo "don Juan" que derrite a unos y empalaga a otra... Curiosa reacción, pero ciertamente me falta tu punto de vista.
Diferencias genéricas, de tiempo e incluso de espacio, nos impiden compartir los mismos gustos. No sabré lo que piensas a menos de charlar contigo como en otras ocasiones pudimos desmenuzar ideas.
Pueda ser que mi educación literaria me pierda hasta la muerte en ese afán de hilar letras, componer palabras y atestiguar historias en párrafos y ensayos.
Quizá como guardián de una tradición me lanzo a escribir sentimientos en un hoja de papel con mi puño y letra, para que entonces, al igual que mi piel y su perfume particular, las ideas se vean revestidas de mi forma especial de ver el mundo.
Quizá, pero entre las dudas, las situaciones reales, las tradiciones y la modernidad busco construir algo que ni siquiera sé si te interesa o motiva. No sé si serás el receptor ideal y de momento tampoco parece importarme, lo digo de verdad con ese sentido egocéntrico y puro que sólo alguien que ama escribir posee.
Entonces sueño que unas cuantas letras lo pueden todo, que sonreirás, que voltearás a verme y que todo será como hasta ahora: completa armonía.
Sin embargo no todo puede ser literal, tampoco real y mucho menos vivir en ilusión. ¿Entonces cómo debe ser?

domingo, 4 de octubre de 2009

Larvatus Prodeo.


"Hace tiempo mi hermano llamó esta foto engañabobos, siempre me resultó ofensivo, la palabra bobo se mostraba como un abuso de mi parte, y el engaño una traición a mi persona"

Sin embargo, hay personas que se quedarán con esta imagen. Aquellos que creen en lo superfluo y vano. quizá consiga seguidores en cada una de las redes sociales a las que estoy inscrita. No es mi deseo. Pero muy a pesar de algunas personas, soy yo.
Una parte de mi, un punto que adrede escondí. La parte que mucho tiempo mostré. ¿El sentido? Muy simple, ¿Quién quieres tú que yo sea? Así es, yo seré aquello que tú decidas pues sin tu propósito mis ganas de mostrarte el mundo serán torpes. Es claro que en realidad yo soy una esencia que no cambia, pero tu concepto de mi persona sí. La subjetividad con la que me identifiques influirá el tipo de relación que abordaremos.
Si no me importas, no pasará de un simple juego en el que, esperemos, nadie salga lastimado.
Si eres importante, desearé que conozcas el concepto real de mi persona, incluyendo ese lado oscuro que todos tenemos y que se convierte en nuestra arma letal, prometo cuidarte con el valor de ser amado que te otorgo. Pero puedes ser importante y pretender que esta persona de la foto vuelva, algo válido. Sinceramente no tengo problema en hacerla volver, porque soy yo, pero primero conoce el ahora. Por que es mi decisión que los espejos caigan sólo llegado el momento.
La decisión es tuya, decides conocer al ser humano completo, o quieres quedarte afuera. No son muchas opciones pero sí las más importantes.

jueves, 24 de septiembre de 2009

No te voy a negar que a veces te recuerdo, y que muchas veces he detenido las manos para no escribirte como solía hacerlo, no quiero ver mis palabras robadas, no quiero saber que quizá ella en ese punto del mundo en el que coincide contigo también las lea.
No ha sido fácil aceptar que aun quedan huellas. Y precisamente hoy alguien lacera mi memoria con una melodía que sabe a lo que no me he atrevido a describir. Te he pensado.
Las horas que pasan, las personas que conozco también pasan, a veces creo que me obligo a sentir. Hoy sentí demasiado. Amor, coraje, ilusión, melancolía. Te impregnas en mis sentimientos y me confundes. ¿No sabías que busco otro nombre cuando leo mi pantalla? Muy probablemente si y quizá por ello es que no decides marcharte.
Recuerdo que alguna vez me dijiste que no te quitara la esperanza de verme algún día. Yo en cambio, ahora te pido que no me quites la esperanza de volver a sentir. Ya no quiero que cambies mi estado de ánimo de la forma en que lo haces. No quiero despertar y saber que estuviste ahí. Quiero descubrirle con todos los miedos que poseo, explorar su mirada y reconocer sus ojos no tu magia. Tocar sus manos, acostumbrarme a su cuerpo, olvidar el aroma de tu tabaco.
Hoy quiero que esto termine, que tu lucha por mantenerme cerca se agote, porque no me quieres cerca y porque no sé a quien quiero.
Libertad.
Tomaré ese autobús en lugar del avión, caminaré las calles de mi país sin pensar en tus fronteras pero lo más importante: desearé que esas manos construyan lo que tu y yo destruimos

martes, 22 de septiembre de 2009

Había descubierto ese "bultito" de pronto, entre el suave correr de su lengua por los molares, sensación dolorosamente juguetona que iba y venía en cada movimiento pero, ¿cuál era la causa?
Desmayado su cuerpo en ese sillón meditaba en la posible causa que su abuela, la sabia de la familia, le sugirió justo esa mañana: Te quedaste con antojo.
Era verdad, un antojo a ese sabor ni dulce ni salado al que si intentaba definir llevaba su nombre. Lúdico como caramelo de cajeta la imagen de su antojo convenía en erigirse frente a sus ojos acrecentando las ganas de posesión, ya de por sí irascibles, al grado de cerrar los ojos para no ver ni pensar. Sin embargo las conexiones neuronales son traicioneras si no ¿cómo lograría impedir ese aceleramiento cardíaco mientras visualizaba su rostro devorándole? ¡Era inaudito! Se sumergía en un cuerpo sobre el que no tenía gobierno.
En mala hora dejó que su cuerpo cooperara recorriendo con la yemas de sus dedos esos pechos pequeños apenas notorios bajo la camisa. ¿Los hombres se excitan si les tocan los pezones? Sonreía mientras su dedos convertían en prisioneros de guerra esas pobres víctimas que, indefensas, reaccionaban al suave masaje de su verdugo. Nunca obtuvo respuesta mas pudo sentir su mano grande y firme en la entrepierna tomando en cierta forma la revancha. Poco a poco seguir el ritmo de su aliento se convertía en un instinto, una necesidad ya no de oxígeno sino de su aroma.
¿Y el caramelo?¿Y el antojo? Hacía mucho que se repetía lo sobrevaluados que estaban los "preliminares" como divertidamente les llamaba sin embargo, en este momento casi podía sentir el correr de sus labios tibios erizando la piel de su cuello, de su torax... ¿por qué no podía detenerse? Sus dedos no se contenían, la imagen era tan perfecta, de alguna manera ese movimieno en su boca, ese correr tibio le evitada detenerse.
Un sobresalto le abrió los ojos, el celular vibraba, aunque no era lo único en la habitación capaz de llevar ese ritmo, el sillón la sofocaba, la televisión le aturdía... Y ¿si conseguía el número de su celular?
- Tengo antojo, gustas?

miércoles, 15 de julio de 2009

Nelson Simón y yo...

Poeta cubano de cuarenta y tantos, homosexual como él dice, pero para mí sus detalles me vienen valiendo m..., para mí, que descubro sus palabras plenas de erotismo y sentimiento, importan los ojos, áquellos "que nacen dentro de mí" y que me convierten en cómplice de mundos aparte. Es Simón el guía entre ciudades distinas y puentes que se contruyen entre dos manos. Sus perfiles dibujan sueños que jamás he visto y que sin embargo tomo como reales porque alcancé a distinguir su sabor a vino de oporto. Simón que me quemas por dentro y te vivo entre ventanas indiferentes, ¿será que puedo vencer este miedo a desterrar mi soledad? Dime, ¿será que puedo romper este muro de realidades y escapar através del oceáno que se impone y me impone frustraciones que no quiero?





"Como quién llega a las costas de un sueño". de Nelson Simón


Por eso abro los ojos para que nada escape,

para que todo llegue a ti

con el brillo y el color que ahora acaricia a mi cuerpo

y me hace recordar la suavidad nerviosa de tus manos,

dulces bestias,

que silenciosas bajaban cada día

a beber del agua que les ofrecía mi cansancio.

Veloces cruzan ante mí

los sitios con los que nos estaba prohibido soñar,

el luminoso país que construíamos

-con la complicidad de dos espías que se aman-

sobre el estrecho andamio

de nuestra inventada libertad.

En los abismos que Ia desesperanza cavaba entre los dos,

levantábamos encaladas casas, bosques de abedules olorosos,

ríos mansos, altas torres y altos edificios

disolviedose en la inmensidad

de otro azul y otro cielo más habitable.

Pero nunca llegamos a descubrir

el verdadero tamaño que podían alcanzar aquellos sueños

-pequeñas antorchas,

velas moldeadas con la empobrecida cera

de nuestros corazones,

cirios que nos ofrecía Dios

para alumbrar y calentar el aire viciado

que respirábamos-.

Nunca logramos atrapar en nuestras conversaciones

los tintes suaves, el baño de oro

con que el otoño amarillea

la copa de los árboles,

ni el rojo de estos atardeceres

que parecen sumergir la ciudad

en un vaso de vino.

Aquí nada me es familiar. Como si abriera una ventana

y por primera vez me asomara a la vida,

voy entrando a los pueblos, voy descubriendo calles

con la misma sed con que antes recorrí tu cuerpo

y ningún rostro parece conocer el dolor,

ningún sitio exhibe las mordeduras del tiempo,

los olvidos del polvo

o la lujuria del sol que nos cegaba

y hacia palidecer los paisajes.

Me detengo en las plazas, dejo correr mis ojos

como si en mi interior,

vigilantes y dulces se me abrieran los tuyos

y hasta las rosas parecen disfrutar de una libertad

que las hace crecer desordenadamente,

volverse inofensivas, perfumadas,

carnosas como los besos de un amante

que después de un largo viaje

vuelve a casa.

Yo miro para ti. Yo sueño para ti

y voy guardando imágenes,

detalles que no escapan a mi asombro:

los góticos silencios de viejos edificios;

las flores de neón, sus tupidas corolas;

los nidos de cigüeñas, redondos sobre los campanarios,

abiertos al cielo como un vacío pecho

que espera compañía;

las hermosas muchachas que se hunden

en el charco de su palidez,

los jóvenes distantes y ceñidos,

tan próximos a la perfección

que al pasar por mi lado los confundo

con ángeles.

Como el descubridor que toca al fin las costas de su sueño,

como quien pone una camisa blanca a su esperanza

mis ojos van besando lo que encuentran para que nada escape,

para que todo llegue a ti

porque en tu cuerpo se resume mi país,

la vida que a mi espalda se cierra

como la oscura boca de un túnel

en el que eres el único punto luminoso.

viernes, 19 de junio de 2009

Maria Luisa Puga el juego del amor y la escritura.

Hace mucho no escribo, me dediqué a actualizar otro blog, probar otros sonidos, otro idioma, con mis limitaciones claro pero sin parar de escribir. Quise probar otras bocas y lecturas. Es entonces cuando Maria Luisa Puga se presenta ante mí como la sanadora de la escritura. ¿Por qué digo esto? Porque es imposible comenzar a leerla sin sentir de inmediato la fluidez de sus letras. Uno de los cuentos de su libro Intentos que llamó mi atención fue" Recuerdos Oblicuos". Todo en Maria Luisa pareciera un juego muy placentero: su juego con el tiempo reafirma esa sensación de nostalgia en el relato, la narradora- personaje con la que Puga se mezcla sin lograr fundirse completamente y los conceptos de realidad y ficción en el amor.
Casi al final del cuento, la narradora nos define lo que para ella es el juego:
El juego es un espacio donde se aprende a ser; en el que se va descubriendo el mundo. No se borra de un manotazo.

Las frases de Puga se clavan sin que uno pueda evitarlo, quién no ha tenido ese "espacio cómplice" para introducir lo lúdico al amor:
La mesa primero. Era donde nos dejábamos recados. O pistas para algún juego que siempre se refería a nuestro amor. A ese nosotros tan nuestro, tan imperioso, tan desde siempre y eterno porque antes de él y después, no había nada.
El juego con la realidad que alcanza al amor, la narradora-personaje decide jugar por tres meses y el juego adquiere un tono de ficción al menos para ella, por lo que sus ratos sin él se convierten en trocitos de realidad:
Ante mi mesa de trabajo disimulaba el hecho de que en realidad estaba esperando la hora de volver a reunirme con él. Había que hacer que el tiempo entre medio fuera real, importante, tan importante como él porque, para encontrarme con él era imprescindible que yo fuera real... porque lo quería.

El sentimiento de plenitud, de amor en todo su efecto resulta tan placentero e inverosímil que pareciera ser simplemente ficcional, de verdad no nos podemos permitir amar así?:
Y cuando la noche hacíamos el amor, lo hacíamos sobre el mar, muy solos, y muy entregados a la idea de que nos ibamos al mundo cada cual por su lado al final de los tres meses. Porque estábamos aprendiendo a querer mejor.

Las dicotomias realidad- ficción y amor-"juego amoroso" se van mezclando a lo largo de la narración esbozando la propia confusión de la narradora-personaje al atribuirles a cada una el valor erróneo.
Quizá debí ahondar más en las citas o desarrollar mas el tema, pero no quiero restarles la delicia de leer a Maria Luisa Puga, sus letras, sus símbolos, esa manera de jugar con el lenguaje y hacerlo tan vívido. Leo a Puga y me embriago de su emotividad, de su intensidad.
Creo es el momento de vida en el que ella y yo nos cruzamos. Su juego era, tres meses y nos separamos, nuestra esperanza era en algún punto encontrarnos. Y ahora me pregunto, ¿dónde quedó ese "nosotros que era tan nuestro"? Si, quiero despertar y verte fumando y que me tranquilices con un si...

martes, 17 de febrero de 2009

Juan Carlos Onetti y "El pozo".

En las profundidades de un pozo anidado en el pensamiento de Eladio Linacero se encuentran sus memorias. Cumplió cuarenta años y es necesario bajar, adentrarse a ese Universo oscuro del recuerdo al cual sólo tiene acceso por medio de ese pozo.
Sólo una noche, la noche de Eladio, es la duración de su proceso creativo; en tan sólo unas horas Eladio logra convertirse en escritor al pasar de su necesidad por contar historias a la redención de la escritura.
Así al mismo tiempo que comprende el sentido de la literatura de la mano de Cordes:

Sus versos lograron borrar la habitación, la noche y al mismo Cordes. Cosas sin nombre, cosas que andaban por el mundo buscando un nombre, saltaban sin descanso de su boca, o iban brotando por que si, en cualquier parte remota y palpable. Era - pensé después- un Universo saliendo del fondo negro de un sombrero de copa. Todo lo que pueda decir es pobre y miserable comparado con lo que dijo él aquella noche. Todo habia desaparecido desde los primeros versos y yo estaba en el mundo perfecto donde el pescadito rojo disparaba en rápidas curvas por el agua verdosa del estanque.


Él mismo se sumerge en su propio Universo para sacar no un par de historias hiladas sino para crear literatura:

Caminaba con las manos atrás, oyendo el golpear de las zapatillas en las baldosas, oliédome alternativamente cada una de las axilas. Movía la cabeza de un lado a otro, aspirando, y esto me hacía crecer, yo lo sentía, una mueca de asco en la cara. La barbilla, sin afeitar, me rozaba los hombros.
Ese gesto de mirar hacia adentro similar al de agacharse para ver dentro del pozo es el punto de cruce en esta metáfora en la cual si retomamos a otro clásico (Aristóteles y su poética), veremos que la novela reune distintos momentos: describir, mostrar o actuar y finalmente describir, lo interesante es saber distinguir cada uno de los momentos.
Eladio Linacero en su afán de escribir sus memorias logra sin lugar a dudas a construir un proceso poético más que narrativo porque ¿cómo dejar de lado el cierre de su noche?...

Me hubiera gustado clavar la noche en el papel como una gran mariposa nocturna. Pero en cambio, fue ella la que me alzó entre sus aguas como el cuerpo lívido de un muerto y me arrastra inexorable, entre fríos y vagas espumas, noche abajo.


Eladio Linacero deja atrás los pretextos, "muerde la noche" y deja de ser aquel que cuenta historias a las prostitutas para ser ya un escritor...

Marina.

Ay San Onetti! ¿Cómo morder la noche sin recordar su voz susurrando palabras?... Malditas palabras que me arrastran entre vagas espumas... Charros!

viernes, 30 de enero de 2009

One expresso and Moka


Un expresso cortado para que el café no me hiciera daño, mas yo sé que el café es inofensivo. Pero el café hiere, su sabor amargo se impregna en la boca, lastima mi pecho y deja un enorme agujero en mi interior. Siempre acostumbrada al suave sabor del chocolate cuando decidí cambiar su fuerza sólo me dejó horas de insomnio y ahora se acabó.
Una taza pequeña con intenso sabor.
Un intenso sabor, no creo que no supe cuál fue el sabor...
Estoy leyendo "Un cuarto propio" de Virginia Woolf y no puedo evitar llorar con ella... la inmensidad de cuatro paredes, de voces acosando. Las realidades paralelas son absolutamente complicadas, y ella decidió marcharse. He vivido en una semana la intensidad de toda una vida, he vivido complejamente lo que quizás no podría repetir y por ello creo que es importante no renunciar a la maravillosa oportunidad de conocerte, yo no me marcharé, querido mío si lees esto, sólo puedo parafrasear las propias palabras de Virginia:

"I don't think two people could have been happier than we have been." V.

My dear if you someday read that I want to tell you that I was happy and I love you like nobody else in this strange Universe (SL).

Virginia dice que para que una mujer escriba necesita un cuarto propio, creo que también necesita una vida propia. Ay santa Virginia de las desamparadas! no me dejes en mi cuarto propio sola y con dos vidas que no sirven ni me bastan....

viernes, 23 de enero de 2009

¿Para qué sirve la poesía?

La poesía sirve para noches encadenadas de nostalgia. Sirve para enseñarle a un invidente cómo el mundo se destruye y renace a sus pies. La poesía regala aquellos olores sacros que no pueden tocar los lechos insanos. La poesía es para abrir las alas al mundo binario, creando, rompiendo, susurrando. La poesía es el camino de las estrellas, aquel que con un dedo me enseñaste a colocar por encima de nuestras almas. Sirve además para dibujar vidas alternas donde una palabra encierra la felicidad.
Pero esta noche en la que siento tu dolor y tu silencio me lastima, esta larga noche, la poesía es el unico sitio donde te encuentro y reinvento.
Porque tu cuerpo es el punto de cruce de ideas, de sentimientos. Tu mirada una verdad que poco a poco se muestra y duele.


Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?
"Oda a Federico García Lorca" de Pablo Neruda.


Pero el corazón no muere, late agonizante palabras sueltas, respira murmullos, y se pierde en silencio para ver la luz, encontrar el alma de nuevo.

Para Tomaz Questi.