jueves, 8 de octubre de 2009

Cuando unas cuantas letras lo pueden todo...

La tradición epistolar pareciera quedar en el olvido, por muchas razones: el avance tecnológico sugiere nuevas formas de comunicación, la falta de tiempo por una dinámica social y laboral extremadamente ajetreada, y finalmente la necesidad de respuesta "casi" inmediata. Pero al igual del paso del soneto al haikú, ahora de una hermosa epístola pasamos a un email cuando tenemos tiempo. De una nota de cuaderno rápida a un msm, o un mensaje offline del messenger, y qué decir del rápido mensajito en el celular.
Acomodamos palabras, las partimos, construimos un lenguaje que aun siendo veloz logre ser comprensible y al fin así nos comunicamos.
O al menos lo intentamos. Hoy por ejemplo me descubro escribiendo una carta estilo "don Juan" que derrite a unos y empalaga a otra... Curiosa reacción, pero ciertamente me falta tu punto de vista.
Diferencias genéricas, de tiempo e incluso de espacio, nos impiden compartir los mismos gustos. No sabré lo que piensas a menos de charlar contigo como en otras ocasiones pudimos desmenuzar ideas.
Pueda ser que mi educación literaria me pierda hasta la muerte en ese afán de hilar letras, componer palabras y atestiguar historias en párrafos y ensayos.
Quizá como guardián de una tradición me lanzo a escribir sentimientos en un hoja de papel con mi puño y letra, para que entonces, al igual que mi piel y su perfume particular, las ideas se vean revestidas de mi forma especial de ver el mundo.
Quizá, pero entre las dudas, las situaciones reales, las tradiciones y la modernidad busco construir algo que ni siquiera sé si te interesa o motiva. No sé si serás el receptor ideal y de momento tampoco parece importarme, lo digo de verdad con ese sentido egocéntrico y puro que sólo alguien que ama escribir posee.
Entonces sueño que unas cuantas letras lo pueden todo, que sonreirás, que voltearás a verme y que todo será como hasta ahora: completa armonía.
Sin embargo no todo puede ser literal, tampoco real y mucho menos vivir en ilusión. ¿Entonces cómo debe ser?

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