Desterramos la piel,
deshacemos nudos de pensamientos
entre el rosa y el amatista.
La lucidez gana cuando digo no,
pero el insomnio adquiere validez
entre trinos callejeros
luces veteranas y un aliento que no conozco.
Callo.
Mi noche no es la naturaleza vertida en grises.
Tu risa tampoco pareciera curar esta desazón.
Pierdo cascadas y soles.
Sin piel y sin sueño
dejo que las manos te toquen
¿cómo ser más pura?
Si la lógica miente en tus terrenos de inequidad.