viernes, 30 de octubre de 2009

Cerezas.

Acercó suavemente los dedos hacia sus labios, era una cereza, la colocó en su boca y dijo: si hoy no tienes tiempo podemos jugar mañana. Apenas si podía sentir esos labios susurrando en su oído, apenas si sentía el rubor en las mejillas y el almíbar bañando su lengua...No se movió tan sólo cerró los ojos mientras el calor de esos labios tocaban la comisura de su boca, aliento tibio para su rubor interno.
Desde ese momento, no puedo dejar de pensar en las cerezas...

domingo, 18 de octubre de 2009

De nuevo Nelson Simón y yo...

No puedo describir qué llamó fuertemente mi atención de él. Su forma erótica de hacer poesía, su forma de hablar del amor. Quisiera sentarme a tomar un café con él y discutir sobre su idea del amor. Que me llene de las palabras que ahora me faltan. Sin embargo ese concepto tan mío de amor que nunca pude describir, que tantas personas buscan clasificar porque así debe ser, Nelson Simón lo limita a una palabra: "Ragazzo".
Leo su poema y digo: ¡Es verdad! El amor es un ragazzo. Y no hablo de un italiano o de un portugués. Ni siquiera hablo de un hombre o de una mujer. De un ser joven o de un adulto. De un ser hermoso o de un ser exótico. Hablo de un RAGAZZO. Ese ser que toma sin vacilaciones tu mano, abarca lo indisoluble y etéreo. Cambia de cara, de aficiones y de gestos, pero es único: es amor. Es un sentido sinsentido, contradictorio y amado, fiel pero inestable.
El amor es un día de suerte a plena luz del día. Pero puede suceder trágicamente de noche o viceversa.
Si tan sólo pudiera dialogar con Nelson Simón como lo hice hace unos minutos con su poema. Decirle que quiero leerlo y necesito sus libros, que me cuente cosas porque necesito su experiencia, que me lea "Ragazzo" con su propio sentir porque debo comprender el mio.
Quiero hablar con él como un amigo, como el que no tengo, o como el que siempre hace falta.
Pero mientras eso no suceda. Leo "Ragazzo" de nuevo.

RAGAZZO

La palabra ragazzo, no tiene traducción:
lo aprendí bajo la luz intensa del verano de Roma,
aún fascinado por el mármol piadoso
de la fuente de Trevi; mientras recorría,
-invisible y absorto- Piazza Venezia.

Perdido en la conversación sin sentido
que sostienen los turistas; cansado
de admirar los estragos del tiempo
que hace polvo la carne y silencio la piedra,
me senté en un banco
a ver cómo la tarde descendía hacia el Trastevere.
Con ella, envuelta en sus pañales, iba mi alma,
y alguna ilusión vana como el país del que había llegado.
(Por entonces había comprendido que la isla
siempre habrá de dolernos como un cardo, que, pobre,
se enquista en nuestro pecho).

La palabra ragazzo, no tiene traducción:
no la busquéis en vano en los diccionarios,
no preguntéis por su significado ni en las plazas más nobles,
ni en las sórdidas tabernas donde el humo del tabaco
y el olor de la cerveza, se entrecruzan como un cisne invisible
que te empuja hacia la tentación.
Los sensuales muchachos de La Habana,
abiertamente tristes como sus playas,
nunca podrán ser nombrados con la palabra ragazzi.
Los alegres chicos de Andalucía, con labios
que se ofrecen cual carnosas olivas,
nunca van a reír con la dulce perversidad
de un ragazzo. Los modernos jóvenes de Nueva York,
con sus músculos perfectos como el acero que sostiene a su ciudad,
no pueden abrazar con esa pasión antigua,
mezcla de sangre
y lirio tostado por el sol mediterráneo,
que arrastran los ragazzi.

El ragazzo se sentó a mi lado en el sencillo banco de Piazza Venezia,
y la ciudad de Roma, hasta entonces sólo esplendor de ruinas y de sueños,
fue otra de repente. Tuvo el misterio y el glamour
que yo había imaginado para ella.
Habló y apenas pude comprender,
al extender su mano, firme como los puentes que atravesamos,
que me invitaba a andar,
cuando junto a la tarde descendimos hasta el Trastevere.
Vimos pasar los botes y algún pájaro gris, cual fantasmas románticos.
Sentimos en nosotros el aroma culpable de los hombres
que antes se habían amado junto a las calmas aguas.
Nunca dejé su mano. Nunca dijo su nombre ni quise preguntarle.
Pudo llamarse Adriano, Fabrizzio, Giuseppe, o Giuliano:
nombres que siempre dejarían su música en el esmalte de mis dientes.
Su perfil me acompaña aún como las imágenes de esos jarrones
que he visto en los museos. Su boca me sigue recordando
la luna atada sobre el Trastévere. Su pelo descuidado,
su cuerpo perfecto y dispuesto
solo pueden caber en esa palabra intraducible: ragazzo.
Yo aprendí aquella tarde lo que ya Pasolini
había visto en los pepillos romanos,
lo que le hacía vivir, cada noche, al borde del abismo,
siempre dentro del puño pálido y seductor de la muerte.

Nelson Simón.


El lenguaje.

Admirar a los grandes es inevitable claro cada quien acude a la selección personal dadas sus aficiones, eso es más que sabido pero, también después de cierto tiempo, la incapacidad de los modelos gramaticales y narrativos para traducir al autor en un medio escrito es inevitable. Constantemente vemos a escritores hurgando en el lenguaje. Buscando nuevas formas, jugando con ellas como si fueran plastilina.
Descubro a Juan Carlos Becerra, a Jaime Sabines exclamando que el lenguaje no les basta, no les es suficiente para acercarse a ella... a su musa. Pero hay personajes como Julio Cortázar, como María Luisa Puga que juegan y buscan opciones, recrean una novela y la convierten en antítesis de lo ya escrito sin dejar de lado el amor. El amor puede ser sensual o espiritual. Cuestión de recuerdos o matices de algo que se vive al azar. La Maga siempre me ha tenido impresionada y siempre que viajo en metro pienso en Julio. ¿Por qué nos conocimos?
Sin embargo hay un gigante a quien me acerco de puntillas por temor a despertarlo. Casi nadie ha hablado con él, quizá por esa forma voraz de escribir o por la inmensidad de temas que confluyen en su novela: La nueva novela latinoamericana. ¡Ah ese afán tan humano de clasificar!
Fernando del Paso recorre con sus novelas, lo mismo la historia de México que la Medicina. Habla del erotismo femenino con un toque fino de locura y critica a una sociedad con valores ambiguos. La música, la literatura... muchas veces he intentado explicar cómo escribe del Paso sus novelas (sólo tres) pero es la misma conclusión: es una charla. Conversas, cambias los temas o uno te lleva al otro... y a otro.
Pero me fascina su forma de hablar del amor, su idea del lenguaje y el amor. Esa capacidad lúdica de amar. He aquí un fragmento de la novela Palinuro de México. Sólo porque te quiero en esperanto XD

Tuvimos que hacer el amor en silencio, y nos limitamos a comunicarnos tan sólo con el lenguaje de nuestras lágrimas, nuestros besos y caricias, nuestros eructos y nuestros gestos, sin decirnos una sola cosa ni en español ni en ningún otro idioma. Pero a cambio de esto, y para que mi prima viera que en efecto yo hablaba más de un idioma vivo y más de una lengua muerta, un día la besé en francés. Ella se limitó a bostezar en sueco. Yo la odié un poco en inglés y le hice un ademán obsceno en italiano. Ella fue al baño y dio un portazo en ruso. Cuando salió, yo le guiñé un ojo en chino y ella me sacó la lengua en sánscrito. Acabamos haciendo el amor en esperanto.

El otro día escuché a alguien decir que no escribe en español por respeto a la lengua. Hay quien no escribe lírica por respeto a la retórica. Hay quien no quiere por respeto.
La cuestión es: mientras seas honesto, congruente, fiel a tus sentimientos y a tu arte, el lenguaje fluye y las ideas se transmiten así simple como la energía y el calor. No hay algo en este mundo que no pueda expresarse y no hay algo que no pueda conquistarse.

sábado, 17 de octubre de 2009

French Navy

Desde la infancia descubrí que puedo narrar mi vida con sonidos. La idea no es del todo original lo sé, todo ser en este mundo tiene el soundtrack de su vida armado y claro yo no sería la excepción. Sin embargo hay algo en lo que particularmente presto demasiada atención: la letra de las canciones siempre ha sido muy importante, el cómo se cuenta y bajo qué ritmo, ésto hace de mi soundtrack especial.
Las letras, la música, los recuerdos se quedan para construir el ser humano al que poco a poco vas armando. Conocí a Camera Obscura por mi hermano, sus sonidos suaves y festivos, el ritmo que te invita a correr o a bailar, a desplazarte a lo largo del mundo recorriendo sueños wow me encantó! Así me descubrí en sus letras como siempre me pasa y me quedé con ésta: French Navy.
La Marina Francesa describe mi forma de recorrer el mundo. Lo que me mueve y cautiva. Hasta hace ocho meses también describía a otro ser je! Digo sólo hacía falta ver el video! Pero justo hoy descubrí que son valores agregados pues puedo decir que la canción soy yo incluso antes de ser escrita, antes de encontrarnos, antes de ser.
Ahora llevo varios días en silencio. Soy el único sonido en casa. La única sombra de los días. La única voz. Pareciera que todo lo tengo resuelto pero es increíble cuando cierras los ojos y te planteas a ti mismo las posibilidades a recorrer. Una amiga me dijo ayer: nunca olvides quién eres mientras se reía de todo lo que le contaba. Tenemos historias tan distintas, ella siempre formal, de caminos lineales; yo una completa flaneur, corriendo de arriba a abajo, haciendo cambios, tomando decisiones. No tengo opción así soy yo.
Recorrí la lista de sonidos pasando por historias polvorientas hasta que la escuché de nuevo. Llevo medio día clavada en la canción. Tengo tantas ganas de salir... de ver... de aprender... de descubrir... de reír tanto.


sábado, 10 de octubre de 2009

"Journeys end in lovers meeting." Shakespeare

Quiero quedarme así, observándote a ratos, descifrando motivos y enumerando detalles.
No es fácil, ¡Qué ganas de saber quererte!
Ganas de estar para ti, detenido el tiempo, contemplando mundos que se abren en tus manos.
Unas cuantas palabras y la noche es día. Pero no trasgredo ese momento. Me quedo con la imagen de tu sonrisa en pleno y te escucho así lento, largo, apenas del tamaño de tus dedos.
Lo ilógico del despertar. Un día tomé una maleta y te descubrí paseando con tus libros frente a mis pasos...
¡Qué ganas de tener siempre tiempo para encontrarte!

viernes, 9 de octubre de 2009

Soy

Todo puede inspirar: el suave vaivén de la música, el fuego ardiente en los colores de una pintura, el misticismo capturado en una imagen, la voz guardada en el eterno baúl de lo escrito. Y cada pulso inspirado en un estímulo cotidiano creará cada día una vida diferente: una luna nueva. Porque cada noche, cada instante, el alma muta irremediablemente para encontrarse consigo mismo y nada detiene el sendero de la luz creada desde el interior. Somos el reflejo de lo vivido, de lo amado y también sin lugar a dudas de eso que odiamos y pretendemos evitar. Somos esclavos y libertos en lucha constante con la vida por un lugar propio donde comulgar con el Universo. Soy la búsqueda constante de mi verdad, la reconciliación con la vida, la prórroga de la muerte, la fusión de sensaciones, soy la reinvención diaria.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cuando unas cuantas letras lo pueden todo...

La tradición epistolar pareciera quedar en el olvido, por muchas razones: el avance tecnológico sugiere nuevas formas de comunicación, la falta de tiempo por una dinámica social y laboral extremadamente ajetreada, y finalmente la necesidad de respuesta "casi" inmediata. Pero al igual del paso del soneto al haikú, ahora de una hermosa epístola pasamos a un email cuando tenemos tiempo. De una nota de cuaderno rápida a un msm, o un mensaje offline del messenger, y qué decir del rápido mensajito en el celular.
Acomodamos palabras, las partimos, construimos un lenguaje que aun siendo veloz logre ser comprensible y al fin así nos comunicamos.
O al menos lo intentamos. Hoy por ejemplo me descubro escribiendo una carta estilo "don Juan" que derrite a unos y empalaga a otra... Curiosa reacción, pero ciertamente me falta tu punto de vista.
Diferencias genéricas, de tiempo e incluso de espacio, nos impiden compartir los mismos gustos. No sabré lo que piensas a menos de charlar contigo como en otras ocasiones pudimos desmenuzar ideas.
Pueda ser que mi educación literaria me pierda hasta la muerte en ese afán de hilar letras, componer palabras y atestiguar historias en párrafos y ensayos.
Quizá como guardián de una tradición me lanzo a escribir sentimientos en un hoja de papel con mi puño y letra, para que entonces, al igual que mi piel y su perfume particular, las ideas se vean revestidas de mi forma especial de ver el mundo.
Quizá, pero entre las dudas, las situaciones reales, las tradiciones y la modernidad busco construir algo que ni siquiera sé si te interesa o motiva. No sé si serás el receptor ideal y de momento tampoco parece importarme, lo digo de verdad con ese sentido egocéntrico y puro que sólo alguien que ama escribir posee.
Entonces sueño que unas cuantas letras lo pueden todo, que sonreirás, que voltearás a verme y que todo será como hasta ahora: completa armonía.
Sin embargo no todo puede ser literal, tampoco real y mucho menos vivir en ilusión. ¿Entonces cómo debe ser?

domingo, 4 de octubre de 2009

Larvatus Prodeo.


"Hace tiempo mi hermano llamó esta foto engañabobos, siempre me resultó ofensivo, la palabra bobo se mostraba como un abuso de mi parte, y el engaño una traición a mi persona"

Sin embargo, hay personas que se quedarán con esta imagen. Aquellos que creen en lo superfluo y vano. quizá consiga seguidores en cada una de las redes sociales a las que estoy inscrita. No es mi deseo. Pero muy a pesar de algunas personas, soy yo.
Una parte de mi, un punto que adrede escondí. La parte que mucho tiempo mostré. ¿El sentido? Muy simple, ¿Quién quieres tú que yo sea? Así es, yo seré aquello que tú decidas pues sin tu propósito mis ganas de mostrarte el mundo serán torpes. Es claro que en realidad yo soy una esencia que no cambia, pero tu concepto de mi persona sí. La subjetividad con la que me identifiques influirá el tipo de relación que abordaremos.
Si no me importas, no pasará de un simple juego en el que, esperemos, nadie salga lastimado.
Si eres importante, desearé que conozcas el concepto real de mi persona, incluyendo ese lado oscuro que todos tenemos y que se convierte en nuestra arma letal, prometo cuidarte con el valor de ser amado que te otorgo. Pero puedes ser importante y pretender que esta persona de la foto vuelva, algo válido. Sinceramente no tengo problema en hacerla volver, porque soy yo, pero primero conoce el ahora. Por que es mi decisión que los espejos caigan sólo llegado el momento.
La decisión es tuya, decides conocer al ser humano completo, o quieres quedarte afuera. No son muchas opciones pero sí las más importantes.