miércoles, 24 de diciembre de 2008

Custodia de Octavio Paz.



Existen diferentes formas de abordar este poema de Octavio Paz, a través de la filosofía, de la fonética, de la gramática, o de la espiritualidad, sin embargo todas se encuentran en un solo punto: La Unidad, dicha unidad siempre formada por opuestos, el ir y venir constante, la complementación. He leido los artículos que explican el poema delatando la complejidad del poema al grado de tornarlo imponente. Octavio Paz impone con su juego de imágenes, de sonidos, de palabras que crean ideogramas.
Leo "Custodia" y no puedo dejar de sentir amor entre esos opuestos, atracción sensual, erotismo espiritual que te lleva a unirte, a separarte de tí para enfrentarte al otro y moldearse en uno.
Leo a Octavio Paz y me olvido del I Ching que inspira sus ideogramas, del Ying y el Yan, de la carga religiosa que evoca el título del poema, de Tablada y sus influencias que a su vez le marcan el ritmo a Paz. ¿Se puede ser hermético sin perder conexión con la sensibilidad?
Entre tanto olvido, recuerdo a Ramón Gómez de la Serna: lo lúdico de sus greguerías y lo complejo de sus metáforas. El lenguaje toma otro sentido en ambos autores, se reinventa.
Leo "Custodia" para olvidarme de las autoridades literarias y pienso en TU Nombre que resuena alejándose en el tiempo sin abandonar siquiera mis labios. Así los dos, el uno del otro sin nombres...



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