martes, 23 de noviembre de 2010
Matamos lo que amamos...
viernes, 19 de noviembre de 2010
Wislawa Szymborska
Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.
Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaban
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.
Ahora que estamos juntos,
vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Como una flor o una piedra?
Dime por qué, mala hora,
con miedo inútil te mezclas.
Eres y por eso pasas.
Pasas, por eso eres bella.
Medio abrazados, sonrientes,
buscaremos la cordura,
aun siendo tan diferentes
cual dos gotas de agua pura.
De "Llamando al Yeti" 1957 Versión de Gerardo Beltrán
Jaroslaw Iwaszkiewicz
Hoy revisando ediciones en mi taller de edición, reviso al azar una página del libro y Jaroslaw Iwaszkiewicz me habla, llegan las palabras inevitablemente y no quiero pensar más.
Nace en Varsovia el 20 de febrero de 1894 y murió en la misma ciudad en marzo de 1980, en Ucrania. Poeta, novelista, cuentista, dramaturgo, crítico de literatura y de música, ensayista. Traductor de Shakespeare, Andersen, Kirkegaard, Rimbaud, Claudel, Gide, Giraudoux, Pablo Neruda, Czechow y Tolstoi. Fue presidente de la Unión de Escritores Polacos y dirigió la revista Twórczosc (Creación). Renunció a hacer una lista de sus principales obras, porque ésta resultaría larguísima.
I
El poeta dice:
Mujer, ¡no te vayas!
¡Quédate un rato conmigo!
Es que deseo estar solo
y si tú te vas
acudirán todos ellos
Vendrá Tuwim1
con una rama de grandes manzanas
como la que se había llevado
de nuestras bodas de plata
En seguida vendrá Czeslaw2
tan jovencito como aquel día
en que llegó de Wilno
con las palabras “le adoro”
Llegará Tolek3
el mismo de antes, cuando contaba
en Aída4 las fábulas a Marysia5
Acudirá Olek6 con su loro
llegará la mariposa
que un día ha penetrado
en nuestro dormitorio
Era grande y rarísima
Se poblará el mundo
alrededor de nosotros
No te vayas
quédate conmigo
Porque quiero estar solo
Totalmente solo
1Julian Tuwim (1894-1953). Uno de los creadores del grupo “Skamander” que dominaba el panorama de la poesía polaca en los años veinte. Autor de muchos libros de poesía, investigador y renovador incansable del idioma polaco. Famoso por sus poemas para niños. Traductor de la poesía rusa y francesa.
2Czeslaw Milosz (1911-2004). El más destacado representante de la llamada “Segunda Vanguardia de Wilno”, en los años treinta. Poeta, ensayista, novelista. Traductor de la poesía anglosajona al polaco y de la poesía polaca al inglés. A partir de 1951 permaneció en los Estados Unidos. Fue profesor de la Universidad de Berkeley
3Antoni Slonimski (1895-1976), junto con Jaroslaw Iwaszkiewicz, Jan Lechon, Julian Tuwim y Kazimierz Wierzynski, uno de los fundadores del grupo “Skamander”. Poeta, dramaturgo, crítico de teatro.
4El nombre de la residencia del joven Iwaszkiewicz y de su esposa, cerca de Varsovia.
5La hija mayor de Iwaszkiewicz.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Lecciones de cronopios, primera parte.
-Nunca nos quisimos- le dijo besándola en el pelo.
-No hablés por mí -dijo La Maga cerrando los ojos-. Vos no podés saber si yo te quiero o no. Ni siquiera eso podés saber. “Rayuela” capítulo 20 Julio Cortázar
“Pero el resplandor de sus recuerdos era tan débil y sus pensamientos no tenían ya la claridad de hace catorce años. Sin una palabra, se pasaron de largo, uno al otro, desapareciendo en la multitud. Para siempre.
Una historia triste, ¿no crees?”
“Por falta de palabras” Haruki Murakami.
Y sucedió.
Entre las palabas corriendo de forma horizontal, encontré su nombre. Su imagen, similar a la mía por esas fechas me hizo sonreir. Saludos cotidianos. Preocupaciones superfluas. Hilos casi invisibles. Quizá despertar. Motivos casi insignificantes ¿irrelevantes? Pero al final motores de un algo que no puedo describir.
Las palabras como imanes irremediablemente logran tocarse. Tu nombre y mi nombre se entrecruzan en frases dispersas adquiriendo un significado sin implicar el signiicante. Te busco, la irrefrenable energia que recorre mis dedos deslizando pantallas como si fueran espejos hace casi imposible el detenerme. No estás. Me angustio. Lo asimilo. Decido escribir tu nombre y respondes con el mío.
Comienza el destino. Los números ahora juegan entre sí. Se dilatan en 7. Siete pasos de mí a ti. Un sólo día.
Las palabras ya mezcladas, vibrando y rebozantes de luz se intercambian. Te veo y me miras fijamente a través de ellas. La explosión de los sentidos nos trasnsporta a un punto en el que nos perdemos. Son tantas las ganas, tan nítido el sueño que extendemos la vida del reino del 1 y el 0. Ahora te toco.
Sucedió.
Deslicé mis manos por tu espalda. Un bisílabo, un guiño, ha encerrado completamente un beso embriagado de sabores.
A ratos este guiño se ha convertido en mis manos explorando delicadamente tu cuello. He sentido erizar mi piel por las mañanas de la misma formaque tus labios se humedecieron al responder a mis dedos con sólo unn bisílabo ¿encontraste la palabra?
Sucede entonces que el café se torna frío. Tu sombra o la mía, o ambas, deslizan sus ejes, transforman el camino.
Nos convertimos en opuestos.
Quizá por eso mis pensamientos corren hoy buscando tu memoria: café normal y descafeinado. Crepas o pay navideño. Las palabras en ese momento pesan. Decido levantarme para respirar. Bebes el último sorbo para que el sabor amargo no se convierta en pesadilla. Oscurece más y los caminos se alargan mientras descubro en tu aparato un sonido partcular. Sanz. La misma energía que antes cruzaba mi cuerpo ahora lo inunda. Contengo palabras, contengo lágrimas ¿cuándo le permitimos a las palabras convertirse en nosotros y crecer tanto? Nunca nos percatamos que al escribirlas los renglones eran paralelos y por tanto no se tocan.
Decido entonces alejarme con el recuerdo exacto mas es imposible. Labios frios cortan de tajo la respiración, nulifican el sentido y yo... me muevo.
Camino entonces entre luces hasta que elijo un taxi. Volteo y la metáfora que tanto habíamos discutido en la cena se convierte en realidad: estás enfrente esperando la luz en verde.
Abordo el taxi: “a la calle 27 por favor”.
Cierro los ojos y escucho los sonidos: tu auto y mi taxi arrancan para avanzar en direcciones diferentes. Pienso “al menos sucedió”,mientras el taxista fuma, The beatles suena en la radio e intento no contestar el celular.
Marina
4xo.